
09 Oct Robin y su hernia diafragmática
Seguro que sabes lo que es el diafragma. Bueno, si no te acuerdas te diré que es un músculo que separa la cavidad abdominal del tórax. Si no hubiera esa separación, las vísceras abdominales (intestinos, hígado, estómago…) entrarían en el tórax y los pulmones no podrían expandirse.
El diafragma actúa coordinadamente con los músculos intercostales para crear una presión negativa en la caja torácica, lo cual permite a los pulmones que se llenen de aire. Algo similar a lo que haríamos al mover el embolo de una jeringuilla o al cargar aire en una mancha-bomba para hinchar el neumático de una bicicleta.
El diafragma es un músculo potente que ejercitamos varias veces por minuto y al día, de media unas 3000 veces por lo que sólo se rompe si recibe un impacto muy grande. En medicina veterinaria lo vemos asociado a caídas desde cierta altura. El impacto desplaza las vísceras hacia el tórax con mucha fuerza y puede desgarrar el diafragma. La segunda causa más frecuente son los atropellos.
Esto precisamente es lo que le ocurrió a Robin. Una bici le paso por encima. Robin es un gatito muy bueno que sólo tiene 2 meses y apenas pesa un quilo. No fue lo bastante rápido para esquivar la bici que, sin querer, acabó atropellándole. Su propietaria le encontró en un rincón, escondido ( que es lo que suelen hacer los gatos cuando se encuentran mal). Respiraba con dificultad y sus mucosas, en lugar de rosadas, habían adquirido un tono azulado. Es lo que técnicamente se conoce por cianosis.
Ahora ya sabéis lo que le estaba ocurriendo a Robin. Buena parte de los intestinos, hígado y estomago estaban “molestando” a los pulmones que no podían rellenarse correctamente de aire. La falta de oxígeno, además, cambiaron la tonalidad de la nariz y encías de Robin.
Katrin trajo a su gatito a nuestro hospital en ese estado. Se trata de una urgencia grave que puede acabar con el paciente (por asfixia) si no se actúa deprisa. Para estabilizarle le administramos analgésicos, tranquilizantes (imagínate el agobio de no poder respirar bien) y por supuesto, oxígeno y fluidos.
Curar a Robin
Para curar a Robin teníamos que operarle, pero con ese tamaño y en su estado las posibilidades de éxito hubieran sido pocas, de manera que mantuvimos a Robin hospitalizado durante unos días. Durante ese tiempo se fue normalizando el patrón respiratorio, se controlaron las hemorragias internas y ganó algo de peso. Finalmente le llevamos a quirófano donde reconstruimos su diafragma tras devolver las vísceras a su sitio. A los intestinos les encanta adherirse a otras cosas cuando se inflaman; de manera que tuvimos que deshacer esas adherencias con sumo cuidado para no dañarlos en esa maniobra. Finalmente dejamos un drenaje torácico (un tubito fenestrado por el que extraer sangre y otras secreciones que se acumulan en el tórax)y mediante el cual establecimos la presión negativa que requieren los pulmones para no tener dificultad en expandirse.
Robin ha estado unos cuantos días más ingresado. Tras retirar el drenaje y los sueros ya sólo tenía ganas de jugar. Cuando determinamos que podía irse a casa sin peligro le dimos el alta. A estas alturas ya respira con total normalidad y en pocos días podremos retirar los puntos de sutura, tras lo cual podrá continuar con su vida de forma completamente normal y sin secuela alguna.