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Los gatos de la Embajada Holandesa en la URSS

Era el año 1961, el mundo se encontroba inmerso en la Guerra Fría, el espionaje vivía su momento álgido y medio mundo observa al otro medio. La CIA y la KGB miden sus fuerzas y, en medio de este enfrentamiento, el resto del mundo intenta mantener la calma como puede.

Parece una película de ficción, sin embargo lso hechos que ocurrieron en la embajada Holandesa en Moscú son dignos de una gran producción de Hollywood. El embajador holandés contaba con dos gatos siameses que fueron los protagonistas de la siguiente historia.

DOS FELINOS DETECTORES DE ESPÍAS

El embajador siempre trabajaba acompañado de sus dos fieles amigos peludos, que como es natural, pasaban el día en los sillones de su oficina dumriendo. Cierto día, ocurrió que se despertaron sobresaltados y se dirigieron con curiosidad hacía una de las paredes de la oficina y empezaron a arañarla con mucha fuerza. El embajador supuso que trás aquella pared se escondía un cauto roedor, así que decidio escuchar con atención en dicha pared, sin embargo no se percato de ningún ruido.

Acto seguido procedió a calmar a sus gatos, pero estos continuaban muy alterados. Preocupado por la presencia de roedores en sus paredes, el embajador llamó a varios operarios para que levantaran las paredes. Su sorpresa fué mayúscula cuándo aparecieron en las paredes más de 30 micrófonos escondidos.

El gobierno aprovecharon esta ocasión para filtrar información sesgada a las autoridades rusas y liberar de micrófonos algunas habitaciones de la embajadas.

UN SENTIDO DEL OÍDO PRIVILEGIADO

La razón por la que estos gatos fueron capaces de encontrar dichos micrófonos es gracias a su impresionante sentido del oído. Por ejemplo, un humano tiene un umbral de audicíon crecano a los 20.000Hz , mientras que el de los gatos es de 25.000HZ. Esto les permitió escuchar con total perfección el encendido de los micrófonos. ¿Sorprendente verdad?