
17 May La dilatación gástrica de Neska
Me acuesto pensando en que mañana debo levantarme temprano para ir al aeropuerto. Por ese motivo cuando suena el móvil algo no encaja. En ese espacio de semiconsciencia pienso que no suena como el despertador. Finalmente todo cobra sentido. Descuelgo y al otro lado del aparato Laura, la veterinaria de guardia, sentencia que Neska, una perra dovermann de 14 años tiene dilatación gástrica. Son las 3 de la madrugada.
A esas alturas mis neuronas ya están activadas así que tras un breve intercambio de información le digo a Laura que vaya preparando el quirófano. Me visto y salgo zumbando hacia el hospital. Al llegar conozco a Neska, una perra buenísima que se ha dejado pasar la sonda gástrica (algo que por desagradable a ninguno nos agradaría probar) sin sedación casi. Su propietaria, asustada, la acompaña dentro de la jaula. Mientras, Laura, diligente, ha hecho los deberes. Todo está punto.
Mientras yo ultimo los detalles ella acaba de preparar a la paciente y despide a los propietarios que estarán pendientes del móvil durante las próximas dos horas. Al menos no hay torsión, hemos descomprimido el gas del estómago a través de la sonda, los parámetros de la analítica son alentadores y el electrocardiograma no presenta las anomalías que denotarían un mal pronóstico. En contra Neska tiene la edad. Catorce años para una perra de su raza no son pocos, pero como dice su propietaria ella es una luchadora que ya salió airosa en otras lizas.
Dentro del quirófano
Entramos a quirófano, son las cinco de la madrugada. La cirugía tiene dos partes. La primera que llamamos gastrotomía en la que vaciamos el contenido del estomago a través de una incisión. La propietaria nos advirtió que Neska salió al exterior y que sospecha que se haya comido algún animal tras darle caza. Eso es lo que esperamos encontrar. Para nuestra sorpresa encontramos hierba…. Y más hierba…. Un autentico jardín secreto!!!!!
Los perros suelen purgarse cuando se sienten mal. En el caso de Neska ha sido peor el remedio que la enfermedad. Finalmente extraemos un volumen de unos dos litros de hierba que al fermentar había producido la dilatación que trajo a Neska a nuestro servicio de urgencias. La rapidez con la que vino el propietario y el hecho de que nuestro hospital siempre esté abierto impidió que el estómago se torsionara; algo que hubiera empeorado el pronóstico de la cirugía.
Comienza la gastropexia
La segunda parte de la cirugía se llama gastropexia. Consiste en fijar el estómago a la pared abdominal. Esta práctica va impedir en el futuro que esa viscera rote sobre si misma (se torsione) si vuelve a dilatarse. Algo que por experiencia sabemos que probablemente pueda ocurrir. Una vez terminada la sutura cerramos por capas al paciente y la pasamos a una jaula de observación donde Laura va ocuparse de vigilar a Neska mientras se recupera de la anestesia. El electro sale impecable. Hemos superado la parte más crítica. Son la 6.40h de la mañana. Ayudo a recoger el quirófano y salgo a hablar con la propietaria. Ha montado guardia en el coche aparcada fuera, a la puerta del hospital. Sostiene el móvil en una mano, pero ha caído en un sueño profundo. No la despierto. Le digo a Laura que la llame cuando ya tenga los resultados de la segunda analítica. La dejamos descansar un poco más. Neska todavía no está fuera de peligro, pero seguramente también saldrá de esta.
Aún tengo tiempo a darme una ducha y llegar a tiempo al aeropuerto. Una bonita manera de empezar el día.