
27 Mar El pincho de Pancho
Pancho llegó a nuestro servicio de urgencias un sábado. Normalmente es un perro bastante activo a pesar de sus casi 15 años. Es un cruce de Golden Retriever, pero de color negro y crema, como si siempre llevara puestos un antifaz y una capa. Sin embargo, Pancho llevaba una semana triste y sin querer comer.
Joan Marc nos dijo que en condiciones normales comía muy bien y que últimamente debían ir con cuidado porque siempre que podía se hacía con restos de la comida de la familia. Recientemente habían hecho una barbacoa en casa y nuestra primera sospecha fue que se hubiera dado un atracón.
Una sopresa dentro de su abdomen
Realizamos una analítica completa y una radiografía de abdomen esperando encontrar huesecillos o restos de la barbacoa y así fue, pero con una hallazgo inesperado. De hecho, Joan Marc nos había comentado de pasada que lo único que echaba en falta era un pincho de barbacoa… y eso fue lo que encontramos.
La “suerte” es que se lo había tragado por la parte roma. Aparentemente no había perforaciones, aunque la extracción iba a ser compleja. Tras estabilizar y preparar al paciente, le entramos a quirófano. Finalmente pudimos extraer el pincho sin dañar otras estructuras.
El pincho medía más de 25cm de largo!!!! Todos nos intentamos imaginar cómo se podía haber tragado algo así y lo único que se nos ocurrió es que obviamente estaba revestido de carne que por un lado lo había hecho atractivo y por otra, había protegido el esófago de un desgarro fatal. Además cabe imaginar que Pancho lo hizo desde la clandestinidad y, por lo tanto, lo engulló lo más deprisa posible. Vamos, que cuando se dio cuenta ya se lo había puesto entre pecho y espalda (nunca mejor dicho).
La recuperación de Pancho fue rápida a pesar de su edad. A las 48h ya le pudimos mandar a casa. Había recuperado el apetito y sus ganas de moverse.
Le fuimos revisando la herida hasta poder retirar los puntos a los 10 días. Caramba con el pincho de Pancho!!