
10 Ago Dolor de muelas
“Velleta” ha sido una de las gatitas que integran la colonia que hay junto a mi casa. Llegaron a cohabitar diecisiete gatos, pero con los años ha habido muchas bajas y casi ninguna incorporación. Durante el último año nos han dejado algunos de los más veteranos. La última ha sido Velleta. Siempre ha tenido problemas en la boca y ahora últimamente había adelgazado mucho.
Cuando un gato presenta dolor en la boca suele manifestar alguno o más de los siguientes signos:
- Sialorrea (le cae la baba)
- Huelen la comida, pero no se atreven a ingerirla
- Gritos y maullidos de dolor cuando se deciden a comer.
- Escapar corriendo de la comida después de probarla.
Todo esto son manifestaciones de dolor, pero ¿por qué les duele?
El dolor de muelas; título que encabeza esta pequeña historia se queda corto cuando se trata de describir las causas del dolor que sufren. Sería más correcto hablar de estomatitis (que significa dolor oral). A veces, proviene de una infección bacteriana casi siempre asociada a la presencia de sarro. En estos casos el problema se resuelve programando una limpieza de boca y añadiendo tratamiento antibiótico (a menudo inyectado porque los pacientes no quieren saber nada de pastillas ni jarabes).
Pero a menudo la causa oculta es más compleja. Es común que los felinos desarrollen una gingivitis inmunomediada. Esto significa que sus encías se inflaman debido a un comportamiento aberrante de su sistema inmunitario. Las defensas de estos pacientes no reconocen como propios los dientes o las propias encías y las “atacan” provocando una inflamación muy dolorosa.
El detonante de esta respuesta inapropiada a menudo es un virus. Los más conocidos son los que provocan el síndrome de inmunodeficiencia de los felinos (sida felino), la leucemia vírica felina y los calicivirus. El tratamiento de esta patología es un reto para el veterinario, puesto que frecuentemente no responden a tratamientos antibióticos ni antiinflamatorios. En ocasiones debemos llegar a extraer buena parte de las piezas dentales (exodoncia subtotal) y tratar con diferentes productos inmunomoduladores que detengan o, al menos, minimicen la respuesta inmunitaria.
Frecuentemente, estos gatos deben quedar ingresados en nuestro hospital porque no pueden comer. Reciben los tratamientos por vía intravenosa. También les administramos fluidos y a veces, les colocamos un tubo de esofagostomía (ver el artículo del pasado mes de noviembre) para que la comida no tenga que pasar por la boca mientras se recuperan.
El último grupo de causas son los tumores. El cáncer puede afectar a la boca de los gatos y gatas. A veces podemos operarlos y otras veces no.
El caso de Velleta
Velleta sufrió una estomatitis inmunomediada y la sometimos a diferentes tratamientos durante bastantes años que fueron paliando su dolor, que ya se había convertido en crónico. Finalmente, desarrolló un cáncer que debido a su extensión no era operable. Llegó a los 15 años y cuando ya no tuvo una buena calidad de vida la ayudamos a partir. Había sido una gata arisca, de las que apenas se dejaban tocar, pero al final ya estaba muy cansada. El dolor y el cáncer la habían hecho adelgazar mucho. Ahora ya se dejaba tocar, estaba muchos días escondida, sin aparecer y no quería comer nada. La semana pasada la sedamos para hacer una revisión y constatamos que ya no podíamos ayudarla más. En los últimos momentos acercaba su cabecita a nuestras manos. Parecía que nos daba las gracias por la vida que había tenido y por darle la oportunidad de abandonarla de una forma digna. Finalmente, cuando las fuerzas y la conciencia la abandonaban, se relajó y exhaló por última vez.